viernes, 12 de octubre de 2007

Cuba seis años después


Después de seis años sin visitar mi país, finalmente pude regresar en diciembre del 2006. Llegué el mismo día que el yate Granma pero muchísimos años después. Para los que no conocen, fue el yate en el cual Fidel Castro y los revolucionarios que venían de México llegaron a Cuba en el año 1956 para combatir contra el régimen de Batista y lograr que triunfara la Revolución cubana.

A pesar de haber llegado el mismo día, no hubo mal tiempo y llegué en el vuelo París-Habana de Air France. Todo muy bien, incluso en la aduana no tuve ningún contratiempo. Salí bastante rápido, creo que fui el primero según me contó mi familia. Y los cubanos que viajan saben los problemas que se pueden tener en la aduana. Por ejemplo en el último viaje que fuimos juntos Hector y yo, creo que salimos de últimos debido a algunos que contratiempos que contaré más adelante.

Pues bien salí y allí estaba mi familia, amigos de siempre, la familia de Hector y algunos familiares de cubanos que viven acá en Bangkok para recoger cartas y dinero que habían enviado conmigo. Mucha emoción, sobre todo por parte de mi mamá que se puso my nerviosa y hasta le subió la presión pero como yo traía un equipo para medir la presión, allí mismo se la medimos y enseguida se calmó. Después de unos minutos compartiendo en la cafetería del aeropuerto, salimos para mi querida tierra Manicaragua en un carro cómico como dicen por allá, entiéndase un Peugeot moderno.

Estaba muy preocupado porque no sabía como iba a reaccionar mi abuela Norma que aunque está muy bien para sus 80 años, padece de taquicardia. Pero afortunadamente todo salió bien y Normita fue una de las que mejor se portó. Fue muy gracioso porque ella no me reconoció. A la entrada de mi casa había alguna gente del barrio, familia, amigos, etc y todo el mundo saludándome, abrazándome y demás y yo de momento dije: ¨Permiso que quiero ver a Norma¨y ahí fui a verla. Ella se emocionó un poco pero lo normal. De ahí salimos para la casa de mi mamá y allí estaban mis abuelos despiertos que igual se alegraron mucho de verme. Mi otra abuela, igual de 80 años me tuvo como media hora sentado en sus piernas y yo preocupado porque pensaba que le pesaba pero ella como si nada diciendo que que estaba bien que tenía muchos deseos de hacer eso y finalmente podía hacerlo.

Después de estar como una media hora en casa de mi mamá regresamos a casa de mi papá a dormir. Mi mamá regresó conmigo y dormimos juntos esa noche, hablando, haciendo cuentos hasta tarde.

A la mañana siguiente pues como no podía faltar, fiesta! Cerdo asado, cerveza, arroz congris, etc, etc, etc. Pasó gente a saludarme, amigos, vecinos, familia. Por la tarde nos fuimos en un coche de caballos para La Piedra, la casa de mi mamá donde nuevamente fiesta, cerveza, ron, amigos, familia, comida. Yo tirando fotos todo el tiempo y filmando con la cámara de video.

Hacía muy buen tiempo en Cuba, fresco y a veces frío pero no tanto como lo esperaba ya que algunas veces pasé calor. Nunca como en julio y agosto claro.

A pesar de que aún no ha mejorado del todo la situación económica, encontré que la gente tenía menos problemas y más acceso a las cosas, mejor desenvolvimiento. Las tiendas siempre llenas de gente aunque no precisamente igual de llenas de productos. Los precios por las nubes y sobre todo me sorprendí mucho al ver que la gran mayoría de los productos venía de Venezuela. Para que tengan una idea, los precios de Tailandia se multiplican por tres y ahí tenemos los precios de Cuba. Pero no importaba ya que después de 6 años y con la familia y los amigos queridos, pues no era momento para sacar cuentas sino para disfrutar y así lo hice.

Visité a varios amigos que tenía deseos de ver en mi provincia. Estuve en Camaguey, Holguín, Santiago de Cuba, La Habana y Pinar del Río. Un periplo rápido e intenso por la isla. La verdad no descansé mucho en todo el tiempo que estuve en Cuba. Norma siempre me decía que parara un poco que luego iba a llegar muy cansado a Tailandia. Pero no estaba cansado solo quería aprovechar lo más que pudiera el tiempo con mi gente.

En La Habana me sucedió algo cómico porque llegué y cuando vi los panataxis ladas exclamé muy extrañado sobre el particular y el chofer del taxi en el que iba me dijo que cuánto tiempo hacía que no venía a La Habana. Me reí muchísimo pero nunca le dije que no vivía en Cuba. También en las tiendas disfrutaba mucho viendo y escuchando a la gente cubana que es tan espontánea y tan diferente de los asiáticos. Por ejemplo me asombraba positivamente cuando alguien preguntaba el precio de algún producto que ya otra persona tenía o cuando pregutnaban si salía bueno, si era de calidad o dónde lo habían comprado, el precio y demás. Puede parecer raro pero aca nunca se escuchan esas cosas. Además, algo tan siemple como ponerse a hablar con un desconocido como si nos conociéramos de toda la vida, jamás ocurre tampoco por esta zona del mundo.

En Pinar del Río, a pesar de haber estado poco tiempo, disfruté mucho de la compañía de mi otra familia. Hubo fiesta, buena comida, vino pinareño que es muy bueno, en fin, la pasé de lo mejor. Esperé San Lázaro en Pinar y esa misma madrugada regresé a La Habana y fui al Rincón con mi hermana Maydita, bajo un aguacero....pero allí como lo habíamos previsto. Ese día fue todo un maratón. Del Rincón para casa de Digna a almorzar y de Lawton para El Vedado a la fiesta de mis compañeros de la Universidad. Me alegró mucho ver a todo el mundo reunido. No todos pero al menos algunos. Bailamos, conversamos, comimos, recordamos viejos y buenos tiempos y para poner punto final a la noche y esperar el día siguiente nos fuimos al Malecón a conversar como en los viejos tiempos. Fue muy lindo porque todos tuvimos que decir los puntos más altos en nuestras vidas en los últimos 5 años y fue interesante escuchar a los amigos de nuevo y ver como algunos habían madurado mucho personal e intelectualmente. Fue una de las cosas más lindas que recuerdo de ese primer viaje a Cuba después de mucho tiempo. La brisa del malecón, especialmente en diciembre, la buena compañía, lo interesante de los temas de conversación, todo eso hizo que el tiempo volara y cuando vinimos a darnos cuenta ya casi amanecía. Recogí las cosas y para la terminal de ómnibus a tomar un carro para mi provincia.

Dos días después, el viaje al oriente de Cuba. Primer destino Camaguey donde dejamos a Normita y al dia siguiente salimos mi primo y yo para Holguín y como destino final Santiago de Cuba.

Todo fue maravilloso en nuestro viaje a Santiago de Cuba. Era mi primera vez en tierras orientales, más alla de Camaguey. Allí nos recibieron como reyes, fue todo fiestas, visitas interesantes y no paramos ni un minuto. Comida, bebida, buena acogida, lugares históricos por excelencia, esa es la idea que me llevé de la tierra caliente como se conoce en Cuba, debido a que las temperaturas siempre son bien elavadas en esa zona. Pasamos dos dias bien intensos y de ahí regresamos a Camaguey y luego a mi provincia donde pasé el fin de año en familia y con las cosas que tradicionalmente se hacen en Cuba para esa fecha.

Lo peor de todo era que al día siguiente tenía que comenzar mi viaje de regreso. Realmente no tenía deseos de regresar pero lo hice sabiendo que muy pronto regresaría nuevamente.

1 comentario:

Yvette dijo...

Que maravilla esta epidemia de Blogs, a mi por lo menos me encanta esta enfermedad!!!
Hay mucho que leer por acá, así que hay que venir con tiempo.
De momento te dejo este saludo y te doy las gracias por abrirme la ventana.

Me da nostalgia este post. Me haces recordar tu tierra y lo bien que lo pasamos por allá por Manicaragua. Lindo lugar.

Hoy mi mama fue para Cuba nuevamente, ahora mismo debe estar llegando a la tierra mía...

Bueno, tengo que irme a trabajar, pero me voy feliz de saber que acá puedo sentirme mas cerquita de ti, de ustedes.
Un abrazo!