martes, 27 de noviembre de 2007

Quién dijo que todo está perdido....

A pesar de todo, aún existe en este mundo gente que cree en el amor y que lo siente. Quiero compartir esta bella experiencia que me envió una amiga porque me parece que es una lección para muchos. En Cuba, donde todo es tan difícil y donde tanto nos quejamos porque no tenemos todo lo que queremos, se puede ser muy feliz incluso con esas carencias. Solo hay que mirar a nuestro alrededor y descubrir y dar sentido a muchas cosas que nos parecen insignificantes pero que son ellas, así de sencillas, las que conforman nuestra existencia y pueden contribuir a nuestra felicidad.

Hoy quiero compartirte algo lindo que logramos construir X y yo. Fue algo verdaderamente mágico. Decidí cambiar de sintonía. No más lamentaciones y si permitirme vivir del momento que me toca, de la mejor forma. Pues como vez, salió, está dando resultados.

El sábado X y yo cumplimos 7 años y 8 meses de pareja , así como 4 años con 4 meses de casados. Pues todo fue fluyendo de la espontaneidad de ambos. Era como un "Todo Fluye" a la honda de Eráclito de Efeso. Todo comenzó porque X me invitó a unos confites, casualmente alfajores, en un Silvayn, allí vimos un CAKE de nata, él decidió comparlo para mí. Era muy grande para comerlo solos, cuando uno comparte la felicidad, esta se multiplica para todos. Por lo que decidimos invitar a algunos amigos allegados a nosostros para la tarde del día siguiente. Comenzamos a llamar
por teléfono y tal y a avisar que habíamos decidido así muy espontáneamente compartir el día de aniversario con ellos nuestros elegidos.

Yo ese día regresaba de Pinar del Río, llevaba frutas frescas, vino pinareño del que ya debes conocer, y otras cositas, para compartir el sábado día del aniversario. Pues de momento teníamos todo para compartir sencillamnete, pero lo más importante era la conexión que había entre nos, que hacía que todo fuera diferente y las energías positivas dejaran que hasta me saliera un poema para la tarjeta que le dedicara de recuerdo a X.

El en cambio me regaló mis tres flores preferidas en momentos diferentes de la noche del 23 y el dia 24, como símbolo de amor, pues dice que si me regalaba las tres era símbolo solo de amistad, dos cariño y una de amor. Allí me enteré de esas teorías y fue uno de los detalles que hicieron más interesante el día.

En casa no tenemos nada más de muebles que un sofá cama. Pero en la sala tenemos una alfombra persa muy bonita de color malva y dorado. Ahí me desperté en la mañana muy cálida y alegre y le pedí a X, que se quedara que iba a preparar algo lindo para ambos, que sería una sorpresa muy linda para él. Pues sí, le busqué un libro y se lo puse casi en los ojos para que no me interrumpiera.

Fui a la cocina y al refrigerador y toda la comida que tenía la fui transformando y dándole forma, sabor, sentido. Luego que decorara muy bien mis platos de frutas muy sensuales como la fruta bomba (papaya), la piña, el plátano, la endulcoraba con miel de abejas, y hacer unas tostadas con salsa de mayonesa, salchichas y tomates que se veían deliciosa, tal como lo estaban, el vino, el cake de nata, refresco de limón, confituras, café capuchino(donde me he hecho especialista) fui a ponerlo encima de una frasada en la alfombra que nunca habíamos utilizado para tales menesteres.

Comencé entonces a darle forma poniendo cada cosa en el lugar que consideré era el más indicado. Luego llamé a X, cosa que le sorprendió mucho. Yo sencillamentes me sentía como me desdoblava y sentía una felicidad interior que no cabía dentro de mí, pues aunque no vi mis ojos estos brillaban porque sentí un renacer en mi interior que ya su ausencia me estaba lastimamdo. Fue un lindo desayuno, fue algo mágico
verdaderamente. Era como si por vez primera le diera la bienvenida a casa.

Así trascurrió el día y llené nuestras paredes de la casa de abanicos de arte cubano con plástica y poesía que decían mucho y hacían de la casa un espacio muy espiritual, ni hablar del ambiantador de jazmín, que le daba el toque de ternura al lugar y nos dejaba entrar en ese mundito interior de cada uno sin permiso.

Luego en la tarde llegaron unos amigos, solo tres de los 10 que invitamos, pero fueron los tres que hacían falta, por vez primera no me molesté porque no viniera el resto, pues he comprendido que algunas veces no son buenas las multitudes. Los que estaban le dieron un toque de armonía al lugar, eran personas que dejaron su gracia en cada momento. Una vez más cenamos en la alfombra que nos permitió volar entre risas, cuentos, mensajes y palabras. Seguimos contagiando gente, nos fuimos al jardín del Hotel Nacional a entonces cargarnos más con la brisa del mar, su gente en
el malecón mirada desde la montaña, la mirada es diferente. Todos estabamos felices y radiantes. Sin perder el detalle de la luna llena brillante como si ella condujera la marcha de la noche y las estrellas fueras el mejor tapiz de complicidad de la noche. Al día siguente aún estábamos todos sacando conclusiones del día, qué maravilloso día. Fue un día que me cargue de vida y le di paso a las ilusiones.

1 comentario:

Marita dijo...

sólo comentarte que me parecio muy lindo tu texto. saludos.